miércoles, 14 de julio de 2010

Africa llora

 "África llora" un brillante libro de Alberto Vázquez Figueroa nos muestra la terrible realidad que vive uno de los más hermosos continentes del planeta. Ésta trágica historia basada en hechos reales nos demuestra el poder de destrucción de la sociedad del llamado "primer mundo" sobre aquel mundo indefenso que tan solo puede aceptar su destino y tratar de sobrevivir con lo que le queda.

A mí particularmente, este libro me ha llenado de emoción y me ha recordado que a parte de esta sociedad privilegiada existe otra mucho menos agraciada que lucha por lo que es suyo mientras aquellos que realmente tenemos más poder para ayudar mirámos hacia otro lado...

Mientras leía este libro no pude evitar marcar ciertos párrafos que me parecieron especialmente ilustrativos, aquí dejo un par de ellos:

El reverendo Mortimer era un hombre de Dios que, sin embargo, sabía mucho sobre la especie humana, tanto que quizá por ello decidió confinarse en uno de los más remotos rincones del planeta, en un vano intento por alcanzar un mejor conocimiento del Creador a través de sus criaturas en estado más puro, aunque a la única conclusión válida a la que llegó fue que si Dios había hecho a los hombres a su imagen y semejanza, el cielo debería estar plagado de mezquinos diosecillos muy diferentese entre sí, y que la mayor parte de ellos debereían ser, además, unos temibles hijos de la gran puta.

[...]

frente a una Europa envejecida, en la que la infancia se estaba convirtiendo en un bien inasequible, África tendría que estar considerada como el auténtico futuro, pero paradójicamente el desarrollo de los acontecimientos demostraba que se había transformado en un lugar sin el más mínimo futuro.
En menos de dos siglos los colonizadores la habían esquilmado entrando a saco en sus incontables riquezas, para dejarle a cambio sus infinitas miserias, y a partir de los años sesenta, en cuanto los gritos de protesta ante tamaña depredación comenzaron a teñirse de sangre, se limitaron a emprender una vergonzosa huida sin preocuparse por reparar en lo más mínimo el mal que habían causado.

1 comentario:

  1. 2 a falta de uno para cerrarme la boca...
    Algún día tendrás que dejármelo...

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