jueves, 8 de noviembre de 2012

A las 5 de la mañana


La mañana se volvía incierta. El tiempo corría a nuestro lado como una sombra fugaz, pasando desapercibido.  Un dedo compone en la espalda una melodía de sensaciones que acelera los corazones más fríos. Y el frío desaparece. Una mirada tentativa despierta  una sonrisa que se convierte en beso, y eso… Unos labios entreabiertos se deslizan por el resto hambrientos, irresistible el probarte. Entonces saca las uñas y la pelea se alarga. Vuelven a ser las 5 de la mañana. Curiosamente las 5 de aquella mañana y tú y yo en la misma cama…

"Nada se me da demasiado bien mas que tú..."

Racionalmente te odio... 
instintivamente me gusta... 
y por encima de todo, te quiero y lo sabes...

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