viernes, 29 de abril de 2011

Una rosa marchita...

El color oscuro de unos ojos relucientes clavados en los míos.
El tintineo de esa lámigra que lucha por mantenerse encubierta.
Y un tenue tartamudeo cuando pronuncias las rasgadas palabras que te apresaban.
El atronador sonido del sordo crujir de un corazón resquebrajandose.
La impotencia del espectador cuplable sin culpa, contemplando la tortura con la impasividad en sus ojos y un aullido desgarrado en su alma.
El sangriento espectáculo termina y el estruendoso aplauso para el ensangretado protagonista se apaga
Sobre el escenario, frente a un auditorio vacío, una blanca rosa se marchita en silencio...

2 comentarios:

  1. Florecerán otras... Las que crecen en la adversidad son las más bellas...

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  2. O esa flor pudo enterrar una semilla para que crecieran otras...

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